viernes, 4 de mayo de 2012

Perdona y Libera


Nadie puede seguir adelante si se encuentra atado al pasado, las grandes cadenas que limitan el avance interior y el estado saludable del alma son entre otras cosas el rencor, miedo, culpa, odio y venganza.

Heridas como por ejemplo al ser despreciado o maltratado, un abuso sexual en la niñez o juventud, rechazo cuando prefirieron mas a un hermano o una hermana en tú lugar, dándole todo lo que deseaba pero a ti no. El rechazo desde el vientre, posiblemente por que tus padres no querían hijos o no querían tener más hijos o tal vez por que tus padres querían una niña y no un niño o viceversa (y tal vez te lo dijeron o te lo repiten a cada momento); o por ser producto de una relación ilícita; también produce heridas el desamor de los padres, mostrado de diferentes maneras. El ser traicionado en el noviazgo o en el matrimonio.

Cada vez que intentas olvidar, revives los recuerdos y eso te lleva a darte cuenta que en tú corazón hay mucha amargura, odio, rencor, resentimiento, deseo de venganza o tal vez haya dolor, aflicción, angustia por todo lo que te ha tocado vivir.

La palabra resentimiento, viene de resentir: es decir, "volver a sentir intensamente una y otra vez". Cuando estamos resentidos, sentimos el dolor del pasado una y otra vez. Algunos creen que el enojarse y apegarse al rencor es señal de poder, energía, entrega y amor propio. Pero en realidad, son sentimientos de impotencia, desilusión, inseguridad, aflicción y miedo.

Físicamente el rencor y las emociones  producidas por estas heridas, también tiene efectos dañinos. Con  el tiempo empieza a apagarse nuestra vida, perdemos el sueño, sufrimos trastornos digestivos que a la larga nos producen úlceras; problemas de hipertensión. Muchos de los síntomas cardiacos y digestivos, las disfunciones del descanso, la brusquedad en el trato con los demás e incluso la pérdida del empleo o relaciones sentimentales, etc. Son el resultado de heridas del alma que no hemos sanado.


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